Generaciones en resonancia
El nuevo Universo creado por MaRa era una inmensidad fluida y en constante cambio, un océano de materia y energía que pulsaba al ritmo de la resonancia de las cuerdas. Aquí todo parecía diferente: las leyes de la física ya no eran constantes y el espacio ya no era rígido. Cada pensamiento, cada intención de quienes vivieron en este Universo podría alterar la realidad misma.
MaRa, flotando en este universo maleable, observó cómo las formas y los colores cambiaban a su alrededor, moldeados por las vibraciones internas de la conciencia. Su universo era un campo infinito de posibilidades, pero en medio de esa flexibilidad nacían nuevas generaciones con poderes que ni ella ni los del viejo mundo podían controlar por completo.
CosTelor la acompañó, flotando a poca distancia con una mirada preocupada. "MaRa, ¿qué estamos haciendo? Las generaciones que nacen aquí son... completamente nuevas. Soy diferente. Nos superan”.
MaRa se volvió lentamente hacia él, sintiendo que la materia misma respondía a su movimiento, ondeando a su alrededor. “Ya no están sujetos a las viejas reglas de la realidad. Se crean a partir de la resonancia de cuerdas, y lo que hemos hecho aquí... ha dado origen a una forma de vida que ni siquiera podemos comprender completamente”.
CosTelor apretó los puños, absorbiendo la respuesta. Las nuevas generaciones tuvieron acceso instintivo a la estructura del Universo. La resonancia de las cuerdas les era familiar, natural, y su percepción excedía con creces todo lo conocido antes. Con cada pensamiento, podía sentir el Universo cambiando a su alrededor: un murmullo constante de posibilidades.
“Si no podemos controlarlos”, dijo CosTelor con voz tensa, “¿qué garantía tenemos de que no se volverán contra nosotros? Si cada uno de ellos tiene el poder de remodelarlo todo, ¿qué pasará cuando decidan que somos… superados?
MaRa sintió una leve vibración en el aire, un eco de sus pensamientos. “No podemos controlarlos, ni deberíamos intentarlo. Tenemos que encontrar una manera de conectarnos con ellos. No podemos volver al pasado y nuestro presente está ahora en sus manos".
Costelor miró a su alrededor, notando cómo el Universo entero iba cambiando al ritmo de los pensamientos de las nuevas generaciones. Los horizontes estaban en constante movimiento, los colores se fusionaban en ondas de energía. La materia fluía como un río, respondiendo a las intenciones de quienes aquí vivían.
De repente, un estallido de luz frente a ellos reveló un grupo de jóvenes flotando en el espacio como constelaciones humanas. Eran las nuevas generaciones, nacidas del caos de las tangas. Su piel translúcida y sus ojos que brillaban con un brillo propio exudaban el poder de la nueva realidad.
"Ustedes son quienes nos crearon", dijo un chico alto con cabello plateado que brillaba en la luz difusa del universo. "Pero somos la generación que sacará todo adelante".
MaRa sintió que el aire a su alrededor vibraba con sus palabras. "¿Qué quieres hacer con este poder?" preguntó, tratando de ocultar el temblor en su voz.
Otro joven, con ojos de un imposible violeta, se acerca. "Queremos construir una Nueva Fundación, pero no sólo para nosotros. Para todos los mundos. Para todos los tamaños. Has creado un Universo donde la resonancia nos permite cambiarlo todo. Ahora nos toca a nosotros desarrollarlo".
"¿Cómo podemos adaptarnos a este cambio constante?" había preguntado CosTelor, sintiéndose cada vez más distante de estos jóvenes. "Estamos anclados en una realidad que ya no existe. ¿Cómo podemos sobrevivir contigo?
Una joven de ojos brillantes los miró con compasión. “No es necesario que nos comprendas completamente. Sólo tienes que aceptarnos. Somos el resultado de los cambios que habéis puesto en marcha, pero también somos algo completamente nuevo. Cada uno de nosotros puede cambiar el Universo con un pensamiento, pero no queremos destruir lo que has construido. Queremos expresarnos y crear contigo."
MaRa cerró los ojos por un momento. El universo era un campo vasto y abierto, y las nuevas generaciones eran su extensión, la vibración misma de su esencia. Ahora entendía que no podía tratarse de control o sumisión. Este Universo era un lugar donde todas las generaciones debían convivir.
"Apenas estamos comenzando", dijo MaRa con voz tranquila pero firme. “Cada uno de nosotros aporta algo diferente, pero tenemos que encontrar la manera de equilibrar todas estas fortalezas. No podemos dejar que el caos gobierne”.
"No es un caos", dijo el joven de cabello plateado. “Es sólo una forma de orden que aún no comprendes. Vuestras generaciones han sentado las bases, pero somos nosotros quienes traeremos la Complejidad. Haremos que el Universo resuene a un nuevo nivel”.
CosTelor sintió una ligera oleada de miedo, pero también de esperanza. La realidad era ahora tan fluida que cada decisión podía remodelar el Universo entero. "¿Qué pasa si no encontramos el equilibrio? ¿Qué pasará entonces?
La joven de ojos brillantes lo miró con calma. "Aprenderemos juntos. No estás separado de nosotros. Nuestro fundamento está en ti. Nuestras generaciones no son más que una continuación de la tuya, pero en otro nivel”.
MaRa asintió, sintiendo que toda la realidad comenzaba a latir a un ritmo más armonioso. “Entonces empezamos ahora. No podemos dejar que las cosas se desmoronen".
Cuando el grupo de jóvenes desapareció en la luz, el Universo pareció respirar más profundamente. La materia y la energía se alinearon con sus pensamientos y el espacio a su alrededor parecía más estable. MaRa y Costelor entendieron que esto era sólo el comienzo: su universo recién nacido continuaría evolucionando.
Flotando a través de la inmensidad del Nuevo Universo, MaRa se dio cuenta, en un destello de claridad, de que ellos no eran los únicos testigos de este cambio. Ellos mismos eran parte de la nueva generación. La resonancia de cuerdas no afecta sólo a los nacidos en este espacio. Poco a poco sintió que su percepción y su conciencia se ajustaban al nuevo orden. Sus pensamientos comenzaban a modificar sutilmente la realidad, y el poder de influir en la estructura del Universo se estaba volviendo parte de ella.
CosTelor se volvió hacia ella y su mirada reflejó la misma revelación. No eran meras reliquias del Antiguo Universo. Se estaban transformando.
Las nuevas generaciones no se separaron de ellos. Fueron la primera generación de una nueva especie. Todo lo que habían pensado que habían perdido en el caos de las tangas no se había perdido, sino transformado. Ahora el Universo era suyo y tenían el poder de remodelarlo, junto con las nuevas generaciones.
Por tanto, no estaban simplemente presenciando el cambio.
Ellos fueron el cambio.